Por PAVLOVA AGUIAR | Corresponsal Estados Unidos
Hace varias temporadas que se rompió la barrera de las tallas en el mundo, la variedad de formas físicas se empezó a convertir en la nueva normalidad pero, queda otra muy importante por romper y está relacionada con el corto recorrido que tiene la carrera de las modelos. El ageism, esa especie de mal endémico en la moda se disipa con el pasar de los días al ver las nuevas protagonistas de las caratulas de revistas y publicaciones de moda, donde las mujeres de todas las edades se pueden ver identificadas.
La publicidad de trajes de baño muchas veces puede parecer muy sexista pero no siempre tiene que ser así, no siempre tiene que ser una modelo joven que muestre los vestidos de baño, también pueden ser mujeres mayores que muchas veces están mejor cuidadas y que irradian salud y vitalidad, seguras de sí misma; se trata de una mujer que ha vivido la vida y es inteligente, una mujer real.
Las campañas ahora quieren mostrar que la publicidad de vestidos de baño no tiene que tener un tono erótico ni seguir creando modelos de perfección inalcanzables, las mujeres se inspiran cada vez más en otras mujeres parecidas a ellas mismas, haciendo posible el fin del 90-60-90 y el abrazo a la diversidad, donde la belleza existe en todas las tallas y en diferentes edades.
La carrera de las modelos empieza pronto, cuando son unas adolescentes y termina no mucho más tarde, son muy pocas las que superan los 30 años en activo, las que llegan a los 40 son unas privilegiadas, las que trabajan superados los 50 son muy raro y las que pasan los 60 pueden ser contadas con los dedos, por que las mismas modelos “veintiañeras” que dominan en pasarelas, en campañas y editoriales de moda, se supone que representan a mujeres de todas las edades; así es muy habitual que una modelo de 21 años promocione una crema antiarrugas, cuando ella no tiene, por eso hoy en día es viral las fotos de una mujer de 61 años en traje de baño. Quizá cuando el ageism también empiece a desaparecer podríamos hablar de inclusión verdadera.