Por MARTHA RÍOS | Corresponsal Eje Cafetero
No descubrí que la fotografía es arte ni tampoco que la prostitución es el oficio más antiguo del mundo, los diferentes roles que ocupamos en la vida han comenzado y pasado por procesos, a veces de manera empírica que para mí es válido, tanto como para el que se prepara día a día y adquiere esos conocimientos, como para los que se certifican, pues tener títulos no es garantía de lo profesional que se llega a ser si su conocimiento e interés se detiene por decisión propia, atribuyéndole a “estar sobrado” como disculpa. También está la preparación que antecede a través de estudios hasta obtener oficialmente un título donde el profesional sigue en esa búsqueda de estar actualizado y ser el mejor y una de ellas es el oficio, el arte de la fotografía y de quien lo realiza y es el fotógrafo.
Ese mismo que con técnicas, preparación y la experiencia que dan los años, va construyendo su camino que se ampara en su estilo propio y muy personal, entre las imágenes y lo que quiere trasmitir; esas historias que no se traducen con letras pero que ellos aman, sienten, gestan a través de su lente y de la mano definitivamente del talento, que no se detiene ahí sino que evoluciona.
He tenido la oportunidad de ser parte de un equipo de fotógrafos profesionales, trabajar con ellos como coordinadora de algunas revistas internacionales y sé lo que es trabajar y preparar lo mejor que puedo mi labor, así como todos ustedes en su profesión, soy una espectadora más.
La reputación del buen fotógrafo va más allá de los equipos y experiencias cortas, así como no se es profesional en sólo días o meses o por que a alguien se le ocurrió que con sólo imitar se logra una fotografía excelente y esa mala imitación ni siquiera la comprenden, ni tampoco con equipos de última tecnología o los más costosos o el mejor celular o por que la mamá le dice que todas sus fotos son las mejores o los que dicen que en poco tiempo son fotógrafos. Pues no en éste oficio, así de manera puntual lo digo, preparación es la palabra clave para ésta y todas las profesiones. Y conciencia por que ¿cómo es posible que haya personas tan atrevidas que les ponen precio a su trabajo? ¿Además piden rebaja? ¿No piensan en que a ellos mismos les ofendería que su labor tenga un precio bajo? ¿Es que el arte tiene el precio de los que nada saben? Aquí no soy incisiva pero sí sincera, eso es falta de cerebro.
Es casi que aberrante presenciar cómo algunos que dicen auto proclamarse fotógrafos sin técnica, sin los estándares que requiere la industria, sin las condiciones para serlo con los mínimos o nulos requisitos, donde en la cara de cada cliente lo único que atinan, según ellos, es ver signos pesos y acumular un número de clientes ufanándose de ellos, demostrando una vanidad y pobreza de espíritu que nada tiene que ver con el profesionalismo y seriedad de los fotógrafos, haciendo de los buenos parte de tal bajeza; ponen en tela de juicio esa vana actitud, eso es prostituir la fotografía.
No y no es justo, eso es jugar con la profesión y por ende con los sueños y las expectativas de las personas y hasta de empresas, ésta y todas las profesiones son tan respetables como el cliente, el evento, las marcas que ponen toda su confianza en la experticia, como también del mismo fotógrafo, esa irresponsabilidad es un enorme irrespeto al arte de la fotografía. Aquí cuestiono la siguiente situación, si un profesional ofrece sus servicios (que en muchísimas ocasiones es el trabajo de otro que ellos mismos saben que es mejor que ellos y por eso lo hacen) apoyándose en imágenes de las cuales no es el autor pero además promete lo que de antemano sabe que no puede cumplir y además cobra una suma de dinero ¿es ser honrado?, esto no es entonces ¿robar además de estafa? ¿Usurpar?
De ahí se desprenden otras modalidades como falsas herramientas para alardear de lo que no es o dictando cursos o conferencias etc., donde los resultados son pésimos y las personas que creyeron asistir para aprender o ampliar conocimientos salen de ahí con una ofensa y mala experiencia más, pues se quedan en lo superficial de un resultado que les aseguraron, sólo requiere de poco tiempo. El arte no es un juego ni ser fotógrafo es así de simple ni fácil, pero afortunadamente sí hay remedio y el arte de la fotografía debe ser tratado con dignidad por las personas, las marcas, las empresas que tienen que asesorarse mucho mejor, tienen derecho a exigir un portafolio de servicios y un currículum que respalde lo que ahí se dice. No sólo es buscar y corroborar referencias es también tener en cuenta los años de experiencia y no la improvisación, como campañas publicitarias, concursos, publicaciones y otras más condiciones donde la inversión de tiempo, confianza y dinero no queden en manos de irresponsables.
La preparación de una sesión fotográfica se hace con tiempo de anticipación, en la locación adecuada, con las modelos, con toda la logística de acuerdo a lo propuesto, obviamente en el caso de catálogos, pasarelas, en fin, pero no deja de ser menos importante los eventos sociales y familiares. Aunque aquí también me detengo pues ser amable no quiere decir que se vuelva una fiesta un día así de trabajo y como en toda empresa, ocupación y labor se requiere de seriedad y compromiso. Aclaro que no estoy en contra de quien comienza en el arte de la fotografía, pues los buenos así comenzaron, lo que sí debe o tiene que existir a manera de justicia es el respeto por el arte como también lo es la fotografía y el fotógrafo.
