Por MARTHA RÍOS | Corresponsal Eje Cafetero
Con la llegada del mes más alegre y colorido del año nuestros sentimientos familiares son prioridad, salir de compras, quizá programar viajes, reencuentros. Tener en cuenta que saber llegar a esos destinos con la tranquilidad de hacer las cosas bien, con responsabilidad que es tan necesaria, está la de conducir.
Éste mes que llega se va volviendo un caos en la movilidad pero, si a esto le agregamos los infaltables desgraciados que al volante se creen de la F1, que no entienden que un vehículo es un arma de doble filo, que hay una línea muy delgada entre el cementerio o una cárcel, que conducir no es solamente acelerar y pitar, que hay que respetar la vida propia y la de los demás, que así como a nosotros a las otras personas también los esperan sus familias, que las normas de tránsito no se hicieron al azar, que son irresponsables los que agreden a las autoridades por pretender que todo esté en orden.
¿Porqué enojarse si ya advertidos de los equipos de carretera que sean revisados? ¿porqué conducir alicorados? porqué esas altas velocidades? ¿porqué querer pasarse en carretera como locos y demás idioteces de quienes las cometen? sobre todo, aquí me voy a quejar, si en un garaje hay algún aviso o 2 o hasta 3!!! Donde dice “No parquear”, ¿porqué son tan burros? y perdonen la expresión ¿Porqué dejan los carros atravesados? Lo he vivido en carne propia y créanme, no es bueno esperar que la fulana o el fulano aparezcan aduciendo que no sabían… uich!
Saber conducir no es solamente tomar el volante y si por casualidad no sabe de normas de tránsito, por favor no exponga la tranquilidad y la vida de los demás, pues si a usted le vale un comino y sale bajo esas condiciones como irresponsable, usted no importa y no lo necesitamos, pero los demás si queremos vivir y celebrar en estas fiestas.
Y por si le cayó el guante y se identifica, lo mejor que le puedo desear es que le quiten la licencia y el vehículo, por que no va entonces un conductor sino un torpe, por no referirme a ustedes con palabras de grueso calibre que de seguro ni entenderán, ya que el olor a gasolina la inteligencia les quemó. A los demás que si valoran la vida propia y las de los demás, que son respetuosos de las normas ¡sí les deseo lo mejor! Y que tengan larga vida.
