Nuevas formas de expresión del ser y el hacer es lo que necesita la sociedad para sanar los tantos errores y horrores tanto políticos, como sociales y en justicia. Quiero contarles que en mi trasegar de causa, varias feministas me han tachado de incoherente por trabajar con un hombre que no cree en la cadena perpetua y menos en la pena capital por delitos sexuales, esta postura obedece al hecho de que como abogados ha comprobado la inocencia de algunos acusados falsamente de abuso a menores.
Lo que ignoran quienes me han señalado de tal cosa es que este es el mismo hombre que denunció los casos de pederastia que protagonizó el sacerdote católico Efraín Rozo, en los años 60, dando a conocer que se habrían producido bajo la complicidad de otros sacerdotes, como el cardenal colombiano de la época, Aníbal Muñoz Duque, retomando los testimonios de una de las víctimas, pidió que se emitiera orden de arresto contra el Vicario Judicial del Tribunal Eclesiástico de Bogotá por no atender la tutela que ordenaba acatar un derecho de petición relacionado con las acciones que la autoridad católica había adelantado para investigar casos de pederastia por el sacerdote.
Nunca antes alguien había logrado que la iglesia tuviera que revelar documentos, este abogado colombiano lo logró. También denunció a Silvestre Dangond porque en una presentación públicamente manoseó a un niño. Les estoy hablando de Augusto Ocampo, exmagistrado del Consejo Superior de la Judicatura, jurista penalista reconocido como “el abogado de las causas justas”, el mismo abogado de los vendedores ambulantes. Hoy el penalista, socio fundador y representante legal de IUS-GEN, el centro de pensamiento y acción con perspectiva de Género de Feminismo Artesanal, con quien en asocio de la jurista Ilse Peña y con el respaldo profesional del comunicador social, humanista defensor de DDHH Raúl Díaz, servimos a las colombianas ofreciéndoles un punto de apoyo en materia jurídica, social y humana para enfrentar cualquier dificultad o situación que la haga víctima del patriarcado que debemos erradicar.
Debo decir que si bien en muchas cosas somos pensamientos opuestos, no obstantes, nos une el pensamiento más poderoso de todos, el pensamiento de la justicia social y el amor por la esperanza de un país mejor. El Feminismo siempre ha buscado una sociedad justa, no pretende que alguien pague por crímenes que no cometió, por eso me siento orgullosa de trabajar con un hombre como Augusto Ocampo. Actualmente será uno de los profesionales que capacitara en la escuela de formación social y política para mujeres que iniciarnos desde IUS-GEN.
