Por MAR CANDELA

Soy una feminista radical que confronta el patriarcado en todas sus escalas y  quizá por eso soy una mamerta aburrida a los ojos de quienes no comprenden que lo personal es político. Feminismo Artesanal, que es el feminismo en mi vida, no es otra cosa que tejer y destejer las realidades de las mujeres.

Las mujeres somos diversas y cuando decimos esto decimos también que los cuerpos de las mujeres son diversos, que las tallas y moldes impuestos deben ser  abolidos por simple humanidad.

Hace unos meses escribí sobre el comportamiento de una modelo gorda, obvio existen quienes prefieren denominarlas plus size o modelo XXL, como si  la palabra gorda de alguna manera fuera una vulgaridad o una ofensa.

Esa nota la pueden conseguir en Google se llama “entre el glamour y el feminismo”, ahí yo comentaba como una mujer gorda humilló públicamente en redes sociales  a otra gorda por tener más años que ella y según ella, no tener los estándares de belleza impuestos para las gordas.

Y es ahí donde me debo detener  a reflexionar con todas mis lectoras.

¿No busca el movimiento de mujeres plus size reivindicar  los cuerpos de las mujeres gordas en un espacio que les fue negado desde siempre? ¿No es entonces incoherente  que una modelo plus size ahora persiga a otras modelos gordas porque no están en sus parámetros de belleza y se les convierta en su mayor detractora?

Hablemos claro, no existe tal cosa de “gordas, gorditas y gordotas” simplemente todas somos las mujeres talla grande, somos GORDAS.

Tal cual sin anestesia, ¿gordas y qué? somos mujeres y por gordas no tenemos menos derecho a ser mujeres con estilo propio sea cual sea este estilo.

El estilo es una herramienta política, social y cultural para la vida, más para las mujeres que para los hombres. ¿Porque? Por que históricamente nos han exigido más a nosotras tener estilo que a ellos. Tengamos muy en cuenta que históricamente a los  hombres que han decidido lanzarse a la búsqueda de un estilo  propio lejos de la imagen masculina impuesta  se les estigmatizo de  poco masculinos. No llevamos un siglo con la reivindicación  del estilo masculino como un estilo diverso lejos de la normatividad del “macho alfa” que se  impone.  No ahondare en este tema esta vez, solo lo dejo sobre el tintero para que reflexionemos  sobre la importancia  del estilo en la construcción social.

Hay dos maneras  de resignificarnos en la sociedad que excluye a las mujeres que no formamos parte de las elites de la estética, una es entrando al espacio de la moda y otra re significando la moda con un estilo propio.

¿Qué es la moda? La moda es una tendencia impuesta por el status, que de la industria de la imagen .Por tanto la moda nada tiene que ver con el estilo.

El estilo es el sello personal y único que cada quien descubre en su trasegar, es eso que  hace única e irrepetible a cada persona. No importa cuál sea la moda del momento, una mujer con estilo puede participar o no de las tendencias de moda, ella siempre brillara con luz propia. La moda es divertida y es una  herramienta maravillosa que nos permite resaltar el estilo propio.  No obstante  tiene el poder de  borrarnos de la sociedad si no tenemos la sobriedad mental para entenderla.

¿Qué sucede cuando la moda se impone sobre el estilo propio?

Nos dicta como ley  estándares de belleza, nos  mete  en moldes  y al final terminamos siendo caricaturas de nosotras mismas con ninguna originalidad. Uniformadas por un sistema que nos dice de qué manera debemos vernos para ser aceptadas.

Es por eso, que para mí es claro que la moda es peligrosa si no va acompañada del estilo ya que la moda por sí misma no es un lenguaje ni un elemento, es solo una “ola del mar” que viene y va al ritmo “de las mareas de la industria “.

Y cuando las modelos de talla nacional e internacional, que tanto han luchado por ganarse un espacio en el mundo de la moda, empiezan a imponer sus estándares y sus formas se convierten en verdugos imperceptibles de los cuerpos de otras mujeres y como feminista es mi deber  pararme del lado de la moda y señalar cuando ella le está volviendo un desastre la vida a cientos de mujeres al imponerse como un modelo único de ser.

Y como feminista reconozco el estilo como una herramienta política en contra de quienes odian a las mujeres libres. Por ejemplo  yo construí mi propio estilo de “callejera”,  yo no camino al ritmo de la moda, no sufro “por mal vestida” y me divierto no siguiendo patrones de moda. Ese es mi  estilo. No obstante camino con respeto y solidaridad  al lado de decenas de modelos  de mujeres. Mujeres  increíbles que aman la moda y le ponen su estilo propio. Mujeres que no permiten que la moda las uniforme y les quite su propia aroma e identidad.

Las gordas  y las flacas  con estilo propio son las  verdaderas revolucionarias de la moda. Una gorda imponiendo estándares de belleza a otras gordas se ve ridícula y absurda ya que ella más que nadie sabe el daño que causa los estándares de belleza ya que arruinan la vida de millones de mujeres.

En mi opinión, tanto las flacas como las gordas, deberíamos apostar a revolucionar la moda desde el estilo propio y hacer que  la moda nos reivindique y no nos discrimine y segregue. Desde Feminismo Artesanal reivindicamos TODAS LAS FORMAS de ser mujer y por eso consideramos que la moda debe ser una causa feminista.