Por MARTHA RÍOS | Corresponsal Eje Cafetero
Continuamos en tiempos de pandemia y de descubrimientos también llamados “conciencia” por estos días. Se habla de una oportunidad para trascender y de cierta manera purificar energías, estrechar lazos familiares, lazos de amistad, de cuidarnos, estar pendiente de los vecinos, ayudar a otras personas sin diferenciar si son o no cercanos, esforzarse por el bienestar del prójimo, prodigar amor a la naturaleza y a los animalitos pero también vemos y sentimos su retribución.
Estamos en cuarentena pero no del todo encerrados, pues a través del recurso tecnológico nos damos cuenta de lo que va pasando. Hasta aquí suena hasta romántico pero, está la otra cara o la hipocresía a niveles desbordantes y enfermizos de los que, como buenos actores de su ambición desmedida y morbosa se convierten en unos Judas que se roban los recursos de los más necesitados, pero no son ajenos a ésta infamia patológica los que envían cadenas de oración, cuanta imagen de Dios, envían bendiciones, se dan golpes de pecho, se disfrazan del mejor samaritano, gritan a los 4 vientos lo buen amigo y familiar que son… ¡Ay! que falsos, qué hipócritas, solapados, mediocres, esos mismos que mejor se compran artículos para mostrar un status de vida, que va inversamente proporcional a su pobre personalidad interior.
Ah “dime de qué presumes y te diré de qué careces”, ese tipo de alimañas que alardean de tener dinero, o sea, son tan pobres que solo tienen eso, no son capaces de llamar a algún familiar que saben que necesita de su ayuda, a esos que se auto proclaman amigos (amigo el ratón del queso…¡y se lo come!), esos mismos que se paran desde el atrio a sacar la lengua para comulgar pero en un día y horario con mucho público para que vean lo cercano que se es a ser santo, a esos que, en vez de regalar una panela, mejor se compran cuanto velón hay para tomarle fotos y vean cuánto oran por los demás. ¡Por Dios! ¿Qué les pasa? ¿Qué tipo de masa tienen en su cabeza? ¿Masa para empanadas? Por que encefálica no creo.
No estoy en contra de la tecnología pero si de los que le suman basura a esta importante herramienta, ni de tener la gran fortuna de tener buenos amigos, porque los hay. Entonces descubrimos en nuestras vidas y entorno: Quiénes SÍ, quiénes NO y Quiénes NUNCA. A todas estas, ojalá que usted esté del lado de los buenos y no del otro bando.