Por: Darwin Schnaider
El Bogotá Fashion Week (BFW) es uno de los eventos más esperados en la industria de la moda en Colombia. Cada año, diseñadores, marcas, expertos y amantes de la moda se reúnen para celebrar la creatividad y la innovación en el mundo de las pasarelas. Sin embargo, en esta edición, surge una pregunta importante: ¿dónde está la convergencia entre los medios de comunicación y los influencers?
El inicio de la convergencia comenzó cuando Sergio Barbosa y Pilar Castaño realizaron la primera transmisión conjunta vía televisión y digital durante el BFW 2017 con invitados de lujo como Nina García e Irene Conde. Esta iniciativa buscaba demostrar la convergencia entre los medios digitales y análogos, anticipando un futuro en el que ambas plataformas se complementaran. La idea era unir fuerzas para democratizar la moda y llegar a un público más amplio.
Sin embargo, la realidad previa a la edición 2024; en cuanto a las comunicaciones se han manejado por separado. El gran volumen de información ha llevado a que los medios y los influencers sigan caminos distintos. Los influencers han ganado protagonismo en la industria, y su papel como herramienta de comunicación en eventos es innegable. Pero, ¿qué pasa con la prensa y los críticos?
En lugar de avanzar hacia una convergencia, parece que nos hemos volcado completamente hacia los influencers. Aunque brindan exposición a los eventos, a menudo carecen de solidez en sus discursos. Se limitan a aplaudir en primera fila, mencionar los colores y decir que la música estuvo bien. Falta una crítica real y profunda para que la industria avance.
Para lograr una verdadera convergencia, es crucial la consolidación de críticos en todos los frentes. No podemos perder la magia de la moda al irnos a un extremo en el que la moda es reducida a una tendencia temporal. Por el contrario el discurso comunicativo debe pasar de lo denotativo a lo connotativo; evidenciando la historia de las piezas, su impacto cultural y su trascendencia.
Tomemos como ejemplo la reciente Met Gala. Esta vez, la mayoría de los influencers brillaron por su ausencia, a excepción de Emma Chamberlain. ¿Por qué? Muchos estaban cansados de que el evento perdiera su nivel aspiracional y su valor artístico. Pero este fenómeno no solo pasa en las pasarelas, actualmente el índice de personas que compra artículos de lujo en las tiendas han bajado. La razón, saturación del mercado y su pésima calidad.
La moda no solo debe ser accesible; también debe evocar sueños y aspiraciones.
Este año, esperamos ver propuestas innovadoras, sostenibles, transparentes, trazables y creativas. Bogotá tiene el potencial de convertirse en la capital de la moda en Colombia; porque a pesar de que Medellín nos lleve la delantera, es aquí donde surge la moda hacia el resto del país.
El BFW 2024 se llevará a cabo del 22 al 24 de mayo con una programación especial de pasarelas y actividades sin costo. Además, habrá charlas, una Tienda Multimarca para adquirir prendas de las marcas participantes y una Sala de Experiencias con lanzamientos y desfiles independientes.